Cuando pensamos en un viñedo nos suele venir a la cabeza la imagen tradicional de varias personas vendimiando de manera manual. Pero las labores dentro de un viñedo son mucho más que eso y aunque la viticultura es un arte muy antiguo y se ha mantenido casi intacto a lo largo de la historia, se está viviendo una verdadera transformación digital al igual que en otros sectores económicos porque tecnología e innovación han formado parte de la industria del vino desde su origen. Cierto es que se ha introducido nuevos métodos, tipos de elaboración y cultivo dentro del viñedo, ya que el vino ha sabido evolucionar en todos los sentidos, porque es un elemento vivo. La tecnología en el viñedo ha venido para quedarse y es en forma de sensores, drones y satélites donde, aparte de innovar en los laboratorios a través de muestras y análisis, la transformación digital está teniendo lugar. Porque la evolución tecnológica se traduce en mucha información de calidad para conseguir que la materia prima, la uva, sea de calidad porque de esa manera, facilita la toma de decisiones y una correcta actuación en tiempo real, ya que toda esta información permite tener conocimiento del estado del viñedo, del clima, del suelo, del estado de maduración de la uva.
La evolución de la viticultura hacia la industria 4.0, permite obtener resultados que aportan valor a todos los niveles, tanto productivos como de negocio. De la mano de la utilización de múltiples tecnologías, no solo centrándose en el cultivo de la vid, sino supliendo todas las fases de la creación de un vino a través de innovadores procesos en etapas como la fermentación o el envejecimiento de este. Además, la transformación digital del viñedo permite al sector vitivinícola ser más competitivo en un ámbito de índole tradicional porque proporciona una rápida toma de decisiones estratégicas a través de la digitalización de todas sus fases, ganando, de esta manera, en productividad y abaratando sus costes, que son dos de las máximas prioridades de cualquier bodega.
Por lo tanto, todas las tecnologías como Big Data o Machine Learning serán de incuestionable utilidad en un sector tan tradicional como es el vitivinícola, para evolucionar a la par que lo hace el mundo, permitiendo optimizar todos los procesos de elaboración de un vino porque es imprescindible una agricultura inteligente donde se pueda aumentar la producción con menos recursos.